LAS EXPECTATIVAS PERSONALES

Yo soy Yo.

Tú eres Tú.

Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas.

Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.

Tú eres Tú.

Yo soy Yo.

Si en algún momento o en algún punto nos encontramos,

será maravilloso.

Si no, no puede remediarse.

Falto de amor a mí mismo,

cuando en el intento de complacerte me traiciono.

Falto de amor a ti,

cuando intento que seas como yo quiero,

en vez de aceptarte como realmente eres.

Tú eres Tú y Yo soy Yo.

Fritz Perl

Al principio tienen una frase de Fritz Perl, fundador de la psicoterapia Gestal, que ejemplifica muy bien el gran problema de la mayoría de las personas, es la necesidad constante de tener expectativas en los otros, en las situaciones o en las experiencias de la vida, y a su vez de trata de cumplir las expectativas que tiene los otros de nuestros comportamientos,  a veces pasamos una gran parte de la vida tratando de cumplir las expectativas de nuestros padres, de los jefes,  de los hermanos, de los amigos, de los hijos etc., pero la pregunta es ¿realmente eres tú? o ¿solo lo que lo demás esperan de ti?. 

La gran solución seria aceptar al otro tal como es y no pedirle constantemente que haga lo que no lo define como persona, que es cumplir con nuestras expectativas. Por otro lado, siempre nuestras expectativas hacen que el otro renuncie a la libertad de actuar de la manera que el considere adecuado. Tratemos de aceptar al otro, como se muestra, como es... Finalizo con unas recomendaciones gestálticas:

 Vive ahora (ni futuro, ni pasado).  

Vive aquí (estar presente, no ausente).

Deja de imaginar, experimenta lo real.

Deja de pensar cosas innecesarias, siente y observa.

Expresa en vez de manipular, explicar, justificar o juzgar.

Entrégate al desagrado y al dolor, tal como al placer. No limites tu conciencia.

No aceptes mas "debes" o "deberías" que los que tú te impongas

Responsabilízate de tus acciones, sentimientos o pensamientos.

Acéptate como eres 

 

VACACIONES EN LISBOA

"Lisboa era brisa de Alfama y de mar,

mar como lanzada de sal sin secar" Anónimo.

Después de regresar de vacaciones tengo muchos temas para reflexionar, pero voy a comenzar por describirles mis sensaciones acerca de mi viaje a Lisboa, cada vez que voy a ese hermoso país, comprendo mejor porque me gusta, además que me encanta caminar por sus calles, porque siempre se convierte para mí en descubrimiento contante. Es una ciudad con un aroma al mar atlántico y tiende ser una ciudad mágica con un gran ingrediente de diversidad cultural, además llama mi atención es escuchar diferentes tipos de música en el centro de la ciudad tales como… africana, latina, fado y hasta estilos americanos. Eso hace que el barrio Alto, se convierta en un pequeño mundo donde lo que prevalece entre la gente que vive en Lisboa y los turistas, es una gran diversidad cultural y un ambiente que se respira la paz, que se extiende por toda la ciudad. 

Además, es inolvidable cuando visito el Club Carib, Rua Atalaia 78, donde trabaja mi amigo Adán Cassan, siendo él un excelente anfitrión coloca tambores de la costa Venezolana, para que comience a bailar en la noche de Lisboa, que les recuerdo que es una música tradicional de mi país, es el único país que he visitado que siempre que voy, tengo que bailar tambores, y enseñarles como bailamos en Venezuela.  Es energético y es inevitable que ese país atraiga mis sentidos, y siempre que voy me hace sentir como si estuviera en casa. 

En esta nueva visita fui a la playa de Caparica, que para mí fue una gran sorpresa, porque al entrar estaban unos loros y unos guacamayos diciéndome “hola”, al llegar a la playa observas una gran extensión de costa, tranquilidad y paz, acostumbrada a las playas del Caribe, les puedo decir que me encanto, ya que lo que se respira es tranquila y el agua no les puedo mentir es fría, pero tiene algo muy positivo te llena de energía, para continuar la vida y decirle hola al invierno. ¡Hasta pronto Lisboa!