Los cambios son procesos duros si
se tratan de cuestiones personales, sin embargo al principio piensas que no podrás
adaptarte, pero después con el pasar de los días comprendes que se puede
continuar la vida y adoptas esos nuevos aprendizajes.
He comprendido esto en mi visita
a Venezuela, que el cambio es constante y quizás lo más seguro, a veces
pensamos o queremos que todo continué estático, como por ejemplo qué nuestros padres
siempre estén presente en nuestras vidas y que las costumbres de nuestras casas nunca cambien, no
obstante todo cambio es posible. Lo más difícil es enfrentar esos cambios y
verle el lado positivo.
Refugiarse en la idea que nada va
cambiar en tu núcleo familiar es un mecanismo de defensa, ya que es el lugar
donde te sientes seguro, por lo tanto, a veces los cambios no tan positivos no
son contemplados, tales como: la muerte de un familiar, la pérdida de memoria
de algunos de tus padres y ni siquiera contemplas que los miembros de tu
familia no te conozcan en profundidad, siempre tendemos a tener ideas
idealizadas de los miembros de tu familia y de sus relaciones, sin embargo todo
esto hace que tengas que enfrentar cambios o turbulencias que quizás a nivel
emocional no estabas preparada, lo relevante es enfrentarlos y aprender de
todos los acontecimientos, aunque al principio veas caminos oscuros.
En este viaje que comencé para reencontrarme
con mis raíces, ha sido un auto-descubrimiento personal me ha permitido
experimental como los cambios son constantes, de los frágiles que somos y dar
fe de la importancia del ahora.
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