TALENTOS OCULTOS.

''Si no estás preparado para equivocarte, nunca llegarás a nada original'' Ken Robinson

Tal vez no sepas cuáles son todas tus aptitudes, porque nunca has necesitado ponerlas en práctica. Están latentes en tu interior, a la espera de ser descubiertas. Hacerlo depende en gran medida de las oportunidades, que tengas para ponerlas en prácticas. El talento hacia la música es un gran ejemplo. En esta oportunidad daré un ejemplo de un programa social, que ayuda a miles de niños a descubrir su talento hacia la música, es “El Sistema” (el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela)

El Sistema, fue concebido y fundado en 1975 por el maestro y músico venezolano José Antonio Abreu para sistematizar la instrucción y la práctica colectiva e individual de la música a través de orquestas sinfónicas y coros, como instrumentos de organización social y de desarrollo humanístico, el objetivo principal es darle la oportunidad a  todos los niños independientemente, de su estatus social, tener acceso a la música y con ellos descubrir sus talentos musicales.

Charlotte Higgins en un artículo, que escribió sobre “el sistema” para The Guardian, mencionó “los niños comunican pasión por la música, pasión que carecen muchas de nuestras orquestas nacionales… El sistema ayuda a los niños, a menudo inmersos en dificultades sociales inimaginables, se les brinda la oportunidad de romper el círculo de pobreza, con la ayuda de las habilidades aprendidas en el mundo de la música. En el sistema la música clásica no conoce de fronteras de clase, económicas o étnicas. El Sistema se basa en el ideal de que todos los niños tienen derecho a experimentar y participar en la música.”

Por otro lado, según Ken Robinson lo más sobresaliente de este programa es su capacidad, para ayudar a los niños a descubrir su talento musical, que de otro modo nunca aflorarían, este programa permite que los niños, se perciban a sí mismo y conozcan sus aptitudes.  

Lo mismo ocurre en tu propia vida. Si te abres a nuevas experiencias y aumentas en proporción geométrica las posibilidades de que una de ellas cambie tu mundo, de una forma profundamente positiva. Al igual que los niños que participan en “el sistema”, nunca habrían sabido que eran músicos con talento, si no hubiesen tenido la oportunidad de experimentar y conocer sus aptitudes,  un ejemplo es Gustavo Dudamel, actualmente es el director musical de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela (OSSBV) y de la Filarmónica de Los Ángeles (LA Phil), si este programa no les hubieran ayudado a mirar en la dirección correcta, no hubiese conocido sus potencialidades. 

Hay muchas cosas para la cual poseemos un talento natural. Solo debemos entrar en contacto con ella. Tenemos numerosas aptitudes de las que no somos en absoluto consciente. Por lo tanto, te invito a experimentar y conocer tus potencialidades.

Les invito que vean la conversación del maestro José Antonio Abreu en TED, sobre los “Niños Transformados por la Música”

¿Quién soy?

“Todos tenemos dentro de nosotros mismos una Buena Nueva!  La Buena  Nueva es que no sabemos realmente lo grandes que podemos ser, lo mucho que podemos amar, lo mucho que podemos lograr y la magnitud de nuestro potencial.  No se puede mejorar una Buena Nueva como ésta”. Anne Frank

Es una pregunta  existencial  y filosófica,  pero ¿Cuántas veces nos hemos hecho, esta pregunta?, rara vez tenemos la obligación de averiguar, indagar y buscar en nuestro interior dicha respuesta. Actualmente pasamos más tiempo conectados con los otros a través de las redes sociales, que con nosotros mismos. Es muy común escuchar “porque dicen eso de mi, sino me conoces", me pregunto ¿Sabes quién eres?, ¿Cuáles son tus competencias? 

Hace una semana estuve viendo “Gravity”, es una película de ciencia ficción, sin embargo en el argumento, existe una gran profundidad acerca de esta gran pregunta ¿Quién soy?, la astronauta tuvo que enfrentar una serie de acontecimientos, para poder decidir salvar su vida, tuvo que recordar utilizando el silencio del inmenso espacio, ¿Qué era capaz de hacer?, ¿Quién era?, ¿Qué quería hacer en su vida?, ¿Cuáles eran sus fortalezas?, ¿Qué le motivaba seguir adelante?,  muchas veces por el ruido de nuestro trabajo o el ruido que nosotros mismo generamos, no nos escuchamos y no nos conocemos a nosotros mismos, ¿Cuántas características conoces de ti?, ¿Cuántas opiniones son creadas por ti, a través de tus propias reflexiones?, ¿Eres lo que quieres ser? 

Además, de poseer rasgos físicos que nos identifican como únicos, también poseemos el “concepto de sí mismo” que se refiere a “la imagen que tiene una persona de sí misma”, que incluye tanto las cualidades que la persona se atribuye a sí misma, como aquellos aspectos por mejorar.  El concepto de si mismo se desarrolla como consecuencia de la interacción de la persona con su ambiente. Cuando nos conocemos a nosotros mismos tenemos la posibilidad, de describir de manera más real y objetiva posible, los aspectos esenciales de nuestro ser tales como: gustos, preferencias, habilidades, fortalezas, debilidades, prejuicios, valores.

Para “descubrir” nuestros talentos y poder responder a la pregunta ¿Quién soy? debemos emprender ese viaje hacia nuestro interior y desde el silencio, indagar nuestras fortalezas y habilidades. Es emprender un camino de crecimiento personal, que te permitirá conocerte a ti mismo, y podrás tomar decisiones más acorde a lo que deseas, además cuando hacemos lo que nos gusta, desde el conocimiento de sí mismo, es muy probable que “seamos más felices” y "más satisfechos con nuestra vida".

¡Indaga en tu interior!

¿EL AQUÍ Y AHORA?

Hace días me recordaba cuando estaba en la universidad, y quería que el tiempo pasará rápido para estar graduada y trabajando, sin embargo a través de tiempo comprendí que el “ahora” es lo único objetivo que tenemos, ya que pensar que vamos hacer en el futuro, es pensar en algo que todavía no ha llegado.  

Es realmente difícil aceptar que todo existe en el presente momentáneo. El pasado existe e  importa tan sólo como parte de la realidad presente; cosas y recuerdos acerca de los cuales  pienso ahora como pertenecientes al pasado. La idea del pasado es útil algunas veces, pero al  mismo tiempo no debo perder de vista eso, que es una idea, una percepción que al pasar del tiempo vamos distorsionando. ¿Cuánto de nosotros recordamos con detalle que hicimos hace  tres veranos?, ¿cómo estábamos vestidos?, solo recordamos lo que impacto significativamente en nuestras vida, pero con el tiempo distorsionamos esos recuerdo, por lo tanto se convierte en fantasía.

Nuestra idea del futuro es también una ficción irreal, aunque algunas veces de utilidad, cuando lo  asumimos como un ensayo y sólo como eso. Tanto nuestra idea del futuro como nuestra  concepción del pasado se basan en nuestra comprensión del presente. El pasado y el futuro son  nuestras concepciones acerca de lo que precedió al momento presente y lo que presagiamos que  seguirá a lo actual. Y todo este adivinar ocurre AHORA.

El ahora es el presente, aquello de lo que me doy cuenta. Ya sea que estemos recordando  o anticipando, lo estamos haciendo ahora. El pasado ya fue, el futuro aún no llega. Es imposible  que nada exista excepto el presente. Si se coloca un disco en un fonógrafo de aguja, el sonido aparece cuando el  disco y la aguja hacen contacto; ni una fracción de segundo antes ni una fracción de  segundo después. Ese sería el “aquí y ahora” absoluto, es decir, con una supuesta  existencia en sí mismo. Pero solo con el no tendríamos la mas mínima idea de la  música contenida en el disco pues si el disco se detiene, aunque permanezca en  contacto con la aguja ya no hay sonido. ¿Que hubo antes y que habrá después de  este instante? una serie concatenada de renovados aquí y ahora sucediéndose uno  tras otro, localizados entre el pasado, la música que oí, y el futuro, la música que  oiré. Esa maravillosa conjunción es el proceso en movimiento, que constituye el fundamento de toda la existencia humana.

Nuestra cultura en particular fomenta el pre-ocuparse y no el ocuparse y de esa  manera niega el momento presente. El pasado integra el presente y en consecuencia  no importa cuando se generó un problema, pues persiste vivo en el aquí y ahora. Y si  hay algo para resolver sólo lo podemos solucionar en el aquí y ahora.